Mostrar/ocultar texto completo de la misión Creí que todo iría bien cuando volviese a Kamasilva y que, ante todo, Virencia no tendría que preocuparse más por mantenerme a salvo. Amelia y sus einel, y Sephir y sus ávidas seguidoras nos habían angustiado. Nunca podíamos estar seguras de hasta dónde llegaban sus complots y cuánto intentarían volvernos la una contra la otra... De modo que, tan pronto como llegamos a O'dyllita, prometimos darnos en secreto muestras de nuestra amistad, para que, pasara lo que pasara, supiéramos que siempre podríamos confiar en la otra. Yo le entregué un esqueje del Kamarbor que, con el tiempo, brotó en el árbol que hoy es el Turasil. Y a cambio, Virencia me entregó la primera rama de su árbol.
Así que, tan pronto como llegamos a O'dyllita, intercambiamos muestras de nuestra amistad. Muestras que confirmarían nuestra confianza mutua, pasase lo que pasase.
Toma esta rama del Turasil. Esta es solo la segunda vez que la he sacado de donde la guardo desde que me fuera de O'dyllita. La otra vez fue cuando destroné a Amelia. Formé las Raíces del Amanecer, un grupo secreto de rebeldes. Contactamos con la Hermandad de la Luz y, mientras ellos se ganaban la confianza de las ahib para aprender sus Artes Oscuras, nosotras usamos el poder de esta rama para controlar a los trols y a los saunil y hacer que atacaran Calpheon para que pidiera a Kamasilva que cumpliera con su parte de la alianza y mandara tropas. Pero Amelia, en el pico de su locura, tenía a la mayor parte de sus fuerzas desperdigadas dando caza a toda vedir o ahib que quedara en Kamasilva. Tan solo quedaban sus einel en Grana. Fue entonces cuando le recordé el Decreto del Vientre de Sylva, una antigua ley que declara que la tierra sagrada que rodea al Kamarbor debe estar siempre libre de guerra. Fue un intento desesperado por mi parte, pero la diosa Madre sin duda me ayudó y todas las piezas de nuestro loco plan encajaron y funcionó. Amelia envió a las einel a ayudar a Calpheon y yo... pude hacerlo. Derramando la menor cantidad de sangre de mis hermanas posible, pude apuñalar el malvado y oscuro corazón de Amelia y tomar su lugar. La ayuda que te han prestado la Guardia de Bosquespino y el anciano luthraghon, debería servirte de prueba de que nuestras intenciones para contigo son benevolentes. Yo ahora tengo que marcharme, pero toma la rama del Turasil. Ahora es tuya. Es el quinto componente que te hará falta para crear la Gema del Caos que necesitarás si quieres tener una oportunidad de ganar cuando te enfrentes a la Oscuridad. Por nuestra parte, Virencia y yo no volveremos a flaquear. |