Mostrar/ocultar texto completo de la misión Je, je, je, Hadum debe ser muy poderosa como para poder corromper a las hijas de Sylva tan fácilmente, ¿eh? Y yo que creía que las elfas eran la raza más reservada y cabezona de todas... Entonces resulta que desde la muerte de Amelia, las einel y las súbditas de Sephir han forjado una especie de alianza e intentan invocar a Hadum, ¿no? Hmm... Las súbditas de Sephir nos dijeron que su intención era detenerla, pero supongo que no era más que una mentira. Lo único que tenían en mente era que nos convirtiéramos en su chivo expiatorio para intentar matarnos con el diario falso y las píldoras ouk... En fin, supongo que aunque este mundo no sea tan normal como parece, el mundo que hay más allá es más raro todavía, ¡je, je, je! Recapitulemos un poco: Sylva fue desterrada por el Dios de la Depravación y en su ausencia, nació Hadum, mató al Dios de la Depravación y lo confinó en el Astro Oscuro. Por tanto... Hadum parece una especie de Sylva vengativa, ¿no te parece? Je, je, je, esto me recuerda a la historia de Edana que leímos en las Catacumbas ancestrales. ¿Cómo era? ¡Ah, sí! «Dos versiones de la misma persona llamada Edana se miraron con las armas en ristre». ¿Qué, te da miedito todo esto? Tranqui, ¡no tienes de qué preocuparte mientras estés conmigo, coleguita! Volvamos a donde están los fantasmas. Si supieron dónde se encontraba el altar secreto de Sephir, puede que también sepan dónde escondió Sephir la Canción de Tunkuta. ¡Vamos!
Puede que sepan en qué rincon de Bosquespino escondió Sephir la Canción de Tunkuta.
Tal y como pasara con Valtarra, Okiara y Naak en Kamasilva, Tunta, el dios que creó Tunkuta, era el único espíritu antiguo de esta tierra. Para poder adquirir la canción de un espíritu, primero hay que saber su lengua. Sephir no es una princesa, así que solo podría conocer el lenguaje a cambio de jurarle lealtad a la sierpe oscura que poseía la canción. Luego, escondió la Canción de Tunkuta en Bosquespino, donde moran las desventuradas. Si desapareciera la canción, símbolo de la felicidad que una vez abundó en esta tierra, los turos perderían su voluntad, tal y como Sephir planeó. No te creas que este bosque es igual que el resto. Este es el primer lugar de las Tierras Inhóspitas que albergó vida. La Canción de Tunkuta establece que los turos no deben abandonar el bosque. Por desgracia, no se puede confiar en los turos ahora mismo, puesto que han trasladado su campamento al castillo de Bosquespino. En cuanto lo hicieron, la Llama Azur se apagó y más pronto que tarde, las sombras cubrirán la luz de Virencia. |