Mostrar/ocultar texto completo de la misión Debo confesar que me dio un poco de pena el ser de carne anterior a ti. Era más pequeña que tú y no tenía fuerza suficiente para enfrentarse con las guerreras de Gyfin Rhasia, pero no podía intervenir. Debía enfrentarse a un desafío que probablemente acabaría con su vida, pero su destino era otro. La táctica de la chica fue la paciencia, pues las guerreras habrían acabado con ella sin dudar un momento en un campo de batalla. Las visitó cada noche durante aquel verano inusualmente caluroso y les contaba un cuento cada vez. Se escondía detrás de los pilares, les gritaba a las guerreras y les hablaba desde una distancia prudencial hasta que las guerreras quedaban exhaustas. Cuando llegaba el amanecer, se iba en silencio del templo para volver a repetir el proceso por la noche. Sin embargo, un día no la vi salir del templo y fui a mirar qué había pasado. La encontré dormida con las guerreras. Poco a poco, había logrado llegar a sus fríos corazones gracias a las historias que les contaba cada noche y se habían hecho amigas. Necesitó mucho tiempo, desde luego, pero así fue como las derrotó y acabó consiguiendo el cantar de Okiara.
El pequeño ser de carne acabó derrotando a las guerreras gracias a su astucia, y consiguió el cantar de Okiara.
Vaya, vaya, así que la princesita Catherine no nos salió nada tonta, ¿eh? Je, je, je. |